Historias e historietas

Si lo que ejercitamos no perdemos, me parece que mi memoria va a funcionar un rato más. Me ha tocado en suerte trabajar con un compañero que ha sido "maldecido" (de onda, eh?) con la virtud de la buena memoria y un profundo afán de no querer perderla. Intenta recordar cada pequeño detalle de cualquier cosa que le haya gustado: disco, foto, película, serie, revista, libro, etc. Es una especie de coach para mi. Ayer, sin que recuerde como empezó, me encontré diciendo "ANGELINES FERNANDEZ"!!!! Claro, unos minutos antes me había preguntado: cómo se llamaba la Bruja del 71? Y así todo el tiempo. Hoy llegó a la mesa de trabajo un personaje que la mayoría conoce: Condorito. Y quien dice Condorito dice Coné, Garganta de Lata, Pepe Cortisona, Yayita, Doña Treme, el Cumpa, Huevo Duro, Ungenio, Pelotillehue, etc, etc, etc.

Mientras caminaba las 37 cuadras que separan la oficina de mi casa, en vano intenté conseguir algún ejemplar de esa revista en los kioscos que estaban abiertos. La mayoría la conocían, pero no la traían porque nadie las compraba. Padres, madres, tías, tíos, para qué tienen un niño cerca si no pueden ejercer su influencia? Cómo es que no le crean el hábito de la lectura? Pregunté qué revistas leen hoy los chicos. La respuesta fue corta y triste: los varones nada, las nenas Chiquititas, Para Teens y una más que no me acuerdo. Algunos pequeñitos se conforman con Genios y pare de contar. Al principio no le creí. Seguí buscando. Nada.

Volví a casa y desempolvé las que tenía del siglo pasado: Patoruzú, Patoruzito y Lupín. LUPÍN!!!!! SI!!!!!!!! Si hoy se sorprenden con esos programas en Utilísima que enseñan a hacer cosas, los desafío a encontrar algo más atractivo que la página central del número 492: motorcito eléctrico para principiantes. Unas latas, un poco de alambre de cobre, unas maderitas, 2 pilas y ya está, tenemos un pequeño motor. Y si se quieren arriesgar de verdad, vayan hasta la página 42: buscador de instalaciones eléctricas ocultas. No quiero levantar la perdiz, pero, para mi, esta gente trabaja en lugares grosos, después se pone un pseudónimo y publica en esas revistas infantiles, haciendo parecer todo esto como inocente, pero se están pasando info vital para la seguridad mundial. Tengo una teoría: si alguien se tomara el trabajo de leer todos los ejemplares, desde el año 1966 a la fecha, con algo de inversión económica, tiempo y ganas, estoy segura que podría construir una nave espacial.
De hecho hay un suplemente que enseña a armar tu propio telescopio y otro que te da una especie de doctorado en "Barriletes" (también conocidos como pandorgas o cometas). Para mi, detrás de cada ingeniero hay un fanático de la revista Lupín.

Por suerte no todo es investigación científica escondida detrás de la fachada de la diversión...hay otras alternativas que son diversión pura: Andanzas de Patoruzú y Correrías de Patoruzito. Me gustaría saber como está hoy Patora. No hablo del restaurante de comidas regionales que está sobre San Martín, frente a la plaza del mismo nombre, sino a la hermana del cacique...la que era fiera y enamoradiza. ¿Se habrá casado? ¿El gurí habrá dejado de usar pañales? ¿Se habrá jubilado Ñancul? Capaz que se acogió al retiro voluntario cuando Benetton compró la mitad de la Patagonia. ¿La Chacha seguirá cocinando esas ricas empanadas o ahora preparará Sushi? ¿No estaría bueno que nuestros héroes de historietas crezcan como nosotros? Después de todo, ¿para qué quieren ser eternos si una vez que una generación deja de leerlos nadie más se ocupa? ¿O alguno cree que en 50 años alguien comprará Desventuras de Larguirucho?
No creo, estos gauchos no pueden competir con Son Goku de Dragon Ball. ¿Papá Pitufo, Pitufina, Gargamel y Azrael podrán desbancar a Pikachu y los demás Pokémon?

Evidentemente cada época tiene su encanto, el folklore que acompaña nuestra niñez siempre será la magia que nos pueda llevar a ese lugar seguro, a ese lugar feliz, a ese lugar del que no sabemos por qué salimos...

María, recordando a Archie, Tío Rico, Hijitus...y un recuerdo especial para quien, creemos, inspiró al gran play boy Porteño: Isidoro Cañones...