Nadie se atreva a tocar a mi vieja...

Hoy en día, desde la mitad del embarazo ya se puede ir sabiendo el sexo del bebé y se puede ir adelantando la tarea, difícil, de ponerle nombre al niño. No siempre las cosas fueron así. Antes, no se espiaba dentro de la panza para saber qué había adentro.

Esta historia empieza hace muchos, muchos años. Una mujer muy joven conoce un muchacho, se enamoran y se casan. No se cuantos sueños tendría esa muchacha, pero reconocido, al menos 1 (uno): tener 3 (tres) hijas mujeres y a cada una ponerle "María". Y llegó una y a los dos años llegó la otra. Cuando pensaron que ya faltaba poco para cumplir su sueño, la vida se la llevó. Las hijas, de 7 y 9 años quedaron solas con el papá. Deambularon unos años hasta que cayeron en un pueblito al sur de la provincia de Corrientes, Esquina. Pasaron 2 años más hasta que un amigo invitó al papá a comer a su casa. "De paso" le presentó una maestra rural amiga de su esposa. Se conocieron. El viudo volvió a enamorarse y a los 3 meses se casaron.

Al mismo tiempo que le proponía matrimonio, le aseguraba que las dos hijas (9 y 11 años respectivamente) jamás se interpondrían en la nueva pareja. La esposa no aceptó el ofrecimiento de alejarlas, si iban a formar una familia, la familia arrancaba así, con 4 integrantes.

Pasaron 3 (tres) años sin que la cigüeña se diera por enterada, hasta que un día de Noviembre entró por alguna chimenea del sanatorio y les dejó una nena. Cuando las hermanas se acercaron a verla pidieron alzarla. Le dieron un beso y preguntaron como la iban a llamar. La mamá, casi sin recuperar el aliento perdido en el parto miró a su esposo y a las niñas. Sin siquiera dudar, les dijo "María, así son las 3 Marías, como ustedes y su mamá querían". Esa generosa mamá es la mía y por eso me llamo de esa manera. Una historia que empezó una mamá y terminó otra.

Hoy es el cumpleaños de mi madre, de hecho recién vengo de festejarlo. Le llevé un bolso para que guarde el equipo completo de mate que la acompañará en sus viajes con los jubilados, pero estoy segura que, de saber que escribí eso, ese sería su mejor regalo.

No quiero meterme en el problemón de tener que explicarle que es un weblog y esas cosas. Me conformo con que ustedes sepan que una de las cosas que siempre voy a recordar es que mi nombre se lo debo a un acto de generosidad hacia sus otras 2 hijas...porque eso somos: sus 3 hijas.

María, feliz cumpleaños mamá!!!!!