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viernes, febrero 27, 2009

Empuje...empuje... 

Pocas cosas podría decir que están presente en todas las casas además de las escobas. Hasta ahora no conozco hogar que no posea una. Escoba o escobillón...pero siempre algo de eso hay. De palma, paja, plástico o con simples ramas secas en el campo, pero la mayoría coincide con la necesidad de tener alguna.

Sabemos que en caso de recibir visitas inesperadas, colocamos la escoba detrás de una puerta y el visitante siente repentinas ganas de marcharse.

¿Qué niño no se ha montado a una y no cabalgó alguna siesta?

¿Qué sería Cachavacha sin ella?

Al parecer mi planteo original tiene fallas. Muchos encargados de edificios que conozco ni las conocen. Sorprende verlos por las mañanas con la manguera en la mano, empujando hojas secas, colillas de cigarrillo, papeles que envuelven caramelos y demás objetos que se le han caído a algún transeúnte.

Con qué fascinación despliegan su estrategia para lograr que el chorro vaya justo justo empujando el objeto. Seguramente es más fácil con la escoba...pero quien les quita el placer de ver que sus manos logran transformar el líquido en sólido?

En vano intenté que uno al menos deje esa costumbre. Expliqué que el agua potable es un recurso agotable y que no se puede usar de esa manera...pero me di cuenta que no solo no logré que use la escoba, sino que todo el tiempo que hablamos la manguera seguía en la vereda tirando agua en el cordón. Y no hubo manera de entrar en razones. Una sonrisa de extranjero fue lo único que conseguí.

Tanta campaña para racionalizar el consumo y nunca le entraron de lleno al gremio? Me parece que dormimos ahí...

María, cuidando los recursos naturales...

domingo, febrero 08, 2009

Será que la canción llegó hasta el sol 

Así como hay gente que empieza a correr para estar en forma para las maratones del año, un período vacacional, para mi, requiere un entrenamiento previo.

Empecé ayer. Bandolera con botellitas de agua y a caminar siguiente un mapa. Primero lo primero, desayuno en la vereda de un café con lectura de diario. Después...Galerías Pacífico a comprar un adaptador para el disco Sata. Visité un puesto de la oficina de turismo que está justo en la esquina de Santa Fe y Florida. Justo a mi me tocó alguien sin entrenamiento. No tenía idea de los horarios de museos ni días en los que se encuentran abiertos. Buscaba en unos folletos, pero no me transmitía seguridad. Fui personalmente al Museo de Armas de la Nación. Edificio muy lindo ya desde la entrada. Un portón de hierro negro me abrió las puertas a ese ámbito silencioso y tranquilo, como si no estuviera a metros de la estación Retiro. Lástima que el tema armas no es mi tópico favorito. Mucha emoción al llegar a un lugar con cosas de la guerra de Malvinas. No entré...no es el caso de ver parte de la historia de otros...es historia nuestra y además reciente.

El entrenamiento sirvió para darme cuenta que sin la cámara de fotos la visita es 'a medias'. O sea...el finde que viene...además de agua y lentes...llevo la cámara.

María, contando los días...




Si el camino surge de la nada,
será que mi canción llego hasta el sol
Si algo te sacude sin sentido
será que la canción llego hasta el sol

La tristeza se va como una luz
todo es armonía a mi alrededor
y esta bien

Alguien va subiendo la colina,
será que la canción llego hasta el sol
Y otro va muy loco, hundido en su mente,
será que la canción llego hasta el sol

Una brisa volara en el amanecer
y un extraño tiempo nos envolverá por fin

Esta noche se oirá dentro de tu piel,
no hay ningún momento que se pueda comparar al amor.

Si se escucha el eco, si el viento dice adiós,
será que la canción llego hasta el sol.

domingo, febrero 01, 2009

Qué tienen ellos que no tenga Bob? Eh? 

Como muchos Domingos, madrugo para aprovechar el día libre, voy al supermercado temprano y luego desayuno en algunos de los cafés tan lindos que hay por mi barrio. Particularmente el café de esta mañana estaba más rico que lo habitual y las medialunas tenían la humedad perfecta.

Pocos parroquianos a esa hora, como corresponde. Me ubiqué en un lugar estratégico, cómodo y cerca de la tele. En realidad entré a ese lugar porque vi que en la pantalla plana de más de 30 (treinta) pulgadas se veía un capítulo de Bob Esponja, uno de mis favoritos. Iba promediando la historia en la que Bob y Patricio se convierten en papás adoptivos. Bob cambia pañales mientras Patricio no hace nada. Justo cuando se iban a equilibrar las cosas, de la nada aparece un señor y le dice, en voy muuuy alta, a la chica de la barra: poné ESPN que están jugando Nadal y Federer. Giré y le dije, disculpe, pero yo estoy viendo Bob Esponja. Como si se tratase de un chiste, el señor se rió de mi ocurrencia y le dijo...seguí...seguí...creo que es el 14...no...no...el próximo...uno más...uno más...eso...ahí...dejalo ahí.

Llamé a la mesera, le pagué lo consumido y le expliqué que no es correcto cambiar de canal así como así solo porque una persona se lo solicita...sin siquiera consultar a los demás. Mientras la joven me cobraba le dije: cambiaste de canal por un tipo que ni siquiera está consumiendo...está parado al lado de la tele...y no te va a dejar propina...y me fui.

Qué injusticia!!!

María, buscando algún canal que repita ese capítulo...es muy bueno!!!!