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sábado, abril 17, 2010

¿Otro naufragio? 

Por varias razones, cada vez que en la tele pasan 'El Naúfrago', es inevitable para mi abandonar el control remoto por unos minutos y detenerme a ver la historia de Chuck Noland y Wilson.

Siempre me creí toda la historia, sintiendo que es posible todo...menos la escena del final...cuando se acerca a entregar un paquete que siempre guardó en la isla. Siempre cuestioné mirá si alguien va a guardar algo por tanto tiempo y después de encontrar a su novia casada con otro le van a dar ganas de hacer de cartero.

Esta mañana pasó algo que me hizo cambiar de idea.

Mi Tutu, recién levantada, encontró unas postales por debajo de la puerta. Preciosos paisajes de Calafate y Ushuaia firmados por mi. No pasó ni un minuto y llamó a casa (no al celular) para asegurarse que no me haya ido de viaje sin avisarle. Le confirmé que faltan unas semanas para mis vacaciones y que esas postales son las que le mandé del viaje que hice al sur...en Octubre del año pasado.

Y si, 6 (seis) meses después las postales llegaron a destino. ¿Será que algún avión que transporte correspondencia cayó al mar y el mensajero que traía esas postales las guardó celosamente y a su regreso las repartió? ¿O será simplemente que mandan las bolsas cuando están llenas?

Como sea, mi Tutu se puso contenta al saber que la tía la recordó cuando estaba en el fin del mundo.

María, con ganas de ver El Naúfrago... ;)
P/D. No venían por FedEx sino por DHL.

lunes, abril 05, 2010

Por tu padre 

Como siempre, las entradas las compré por Internet: fila 1. Casi como el tango que dice 'la ñata contra el vidrio'...acá era la ñata contra el escenario. Pedí permiso al acomodador y me senté en la fila 6. El escenario en diagonal dejó una primera fila muy muy muy pegada. Creo que no se debería vender.

Buena escenografía...una capilla donde se oficiaría una misa de cuerpo presente para el padre del personaje de Adrián Navarro. Leía una carta en el momento que un sacerdore, Federico Luppi entraba a retirar un libro. Pasaron unos instantes y vuelve Luppi en la piel de un antiguo socio y amigo del fallecido. El hijo se estrecha en un abrazo durante unos segundos, empieza a llorar y no para nunca más. Lo único que me transmitió toda la obra fue angustia. Por momentos usaba palabras de enojo...pero en él sólo percibía angustia. Nunca dolor ni tristeza ni bronca...solo angustia.

Los roles que iba encarnando Federico Luppi iban haciendo rotar la historia, sorprendiendo al hijo y al público.

Es un buen libro, correcta dirección, adecuada iluminación, actuaciones aceptables, pero...no se como decirlo: esperaba más. No puedo emitir un juicio de valor, pero si una opinión. Lamento mucho no haber percibido esa magia que me provoca ganas de volver a verla.

María, sin mucho para acotar...
P/D. Entre el público: Viggo Mortensen...lindo...:)

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viernes, abril 02, 2010

Chicas católicas 

Si la hermana María tenía razón al decir que la risa es una brisa del diablo para deformar rostros...esta noche, en la función de Chicas Católicas, la brisa sopló mucho por donde yo estaba.

Cuatro personajes adorables armados con partes de la vida de cada uno de los que estábamos sentados en la sala. Imposible no encontrar un momento o una situación que no nos hiciera sentir parte de la obra.

Una imagen estereotipada, o no tanto, de los primeros años de colegio, en casi cualquier institución de hace unas décadas para atrás. La crueldad hacia una alumna y compañera que tiene 8 (ocho) hermanos, recordándole que está becada, la que no se puede ser menos y puede acotar un yo también a casi cualquier cosa que escucha, la que busca libros y le pregunta a la abuela sobre la verdad de las cosas, la que tiene material de grandes y los comparte, provocando más confusión a la lógica de la edad.

Estupendas actuaciones de Alicia Zanca, Julia Calvo, Fabiana García Lago y Maju Lozano. 4 mujeres que, con oficio, nos hicieron creer que fuimos testigos de su transcurrir en la primaria.

Un apartado para Julia Calvo con las botas plateadas, de cuero natural de algún animal plateado que está en extinción, y la peluca rubia!!! Soñaba con estar en un programa de Pipo Mancera...pero mientras tanto acompañó a sus compañeras haciendo un número musical sobre una canción de Abba. Gran momento de la obra!!!!!

Un final, que retoma el principio de la obra, donde, recordando la película Milagro en la calle 34, con Natalie Wood diciendo 'quiero creer' y la pregunta del final que se transforma también en una respuesta: ¿Estás ahí? Estás ahí.

Una búsqueda y un descubrimiento de la fe que la mayoría profesamos, sin por eso tener que pertenecer a alguna institución que la administre.

María, sintiendo que siempre siempre, estás ahí...



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