ppo p

domingo, agosto 11, 2013

Tiempo mariposa 

Qué lindo salir de un concierto con los ojos y mejillas rojos de emoción. Suele pasarme eso cuando veo a Elena Roger sobre un escenario...y hoy con el plus de que era la última fecha de la gira antes de ser mamá...puff...multipliquemos la emoción. Ignoro quien ayudó en la elección de los temas, felicito a quien haya elegido una GRAN canción de mi admirado y querido Javier López del Carril. Sus dedos mágicos sobre unas simples cuerdas de guitarra producen magia y esta noche destiló tanta que inundó todo el Coliseo. La voz de Elena transformó la canción y generó una versión muy bonita, que espero esté en un futuro disco. Me quedé con ganas de más. Luego una canción de otro talentoso, Lisandro Etala y Vida, de Sebastián Irigo. Pasados los nervios de los primeros minutos...nervios míos digo..Elena y la banda tranquilísimos...pasadas las primeras canciones todo devino en momentos geniales. Bellas canciones de otros discos, de obras de teatro en las que trabajó y lágrimas al escuchar Cuadrados y ángulos de Alfonsina Storni. Una seguidilla de aciertos que sistemáticamente terminaban con ese aplauso liberador. Se percibía que algo se estaba armando. No se si nació en las primeras filas o en las últimas del último piso...algo grande se estaba armando...una masa de energía se estaba formando y estalló en forma de ovación en el final de Non, je ne regrette rien. Y no era para menos, quien conoce la versión que hace esta muchacha siente que es la misma Edith Piaf quien le presta unas cuerdas extras para lograr esa inmensidad de voz. Y pasaron 2 horas de canciones...y necesitaban irse...y queríamos más...y nos dieron el gusto y siguieron. Disfrutamos un compacto de Evita que fue un lujo, para terminar con una hermosa versión de Himno de mi corazón. Final de concierto maravilloso...lo que vino después fue yapa , una muestra más de la generosidad del universo para conmigo. María, noche a todo lujo...inolvidable por donde se la mire...

jueves, agosto 08, 2013

Traición 

Obras como la que vi esta noche me hacen acordar los motivos por los que me gusta tanto el teatro. Ver talento en abundancia sobre un escenario siempre es gratificante. No cuento los finales porque quiero que vean las obras. En este caso haré una excepción...contaré el final de la historia y los dejaré con ganas de conocer el principio. Eso es lo que hace la obra. Empieza por el final y va retrocediendo hasta llegar al mismo origen de todo. Me gusta la palabra analepsis por como suena y por lo que significa. Recuerdo haber visto el recurso en algunas obras de teatro...aunque sin la profundidad que en Traición. La escenografía y el vestuario nos hace pensar en los 70's. La atmósfera es de esa década. Mientras nos acomodamos los actores van haciendo suyo el escenario. Nos sentamos...se apagan las luces y empieza. Un encuentro de Jerry y Emma, ex amantes, luego de 2 años de no verse. Escena tensa donde se sinceran ciertas cuestiones. Ese sería el presente. Cambio de luces, alteraciones en el vestuario y en la escenografía y la magia los lleva 4 años para atrás...y a nosotros con ellos. Eramos todos tan diferentes ayer. Todo era tan diferente ayer. Y otro cambio y un retroceso más...y así la función termina en el mismísimo instante en que la historia comienza. Fue tan placentero ver a Paola Krum sobre un escenario después de casi 6 años. Claramente me quedé con ganas de más...no porque le falte algo a la obra sino porque cuando la cosa es buena da para repetir...y eso haré. Volveré y disfrutaré nuevamente. Daniel Hendler y Diego Velázquez completan el elenco bajo la dirección Ciro Zorzoli. Gran opción para estas noches de frío de fin del invierno en una sala tan bella como El picadero. Se las recomiendo vehementemente...si van...me van a encontrar...si, si...volveré y más de una vez...estoy segura. María, disfrutando tanto del teatro...