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sábado, septiembre 16, 2006

La noche de los lápices... 

Sábado...tiempo libre...tendría muchas cosas sobre las cuales escribir...pero el recordatorio de aquella noche creo que supera cualquier anecdotario.

Muchas veces no entiendo a esta generación de jóvenes a los que nada le importa respecto de lo que pasa a su alrededor, pero me doy cuenta que esto no empezó hoy...evidentemente se hizo un trabajito fino y hoy sólo estamos viendo los resultados

Posiblemente, algunos de sus genes viene con la info incorporada de lo que le puede pasar a la gente que piensa, a la gente que desea mejorar el mundo en el que vive y a la gente que tiene la valentía de enfrentarse a todos cuando se trata de algo que vale la pena.

Todo empezó casi "inocentemente" diría...el gobierno militar les quitó el beneficio a los estudiantes secundarios de poder pagar boletos más económicos cuando tenían puesto el uniforme. En una asamblea decidieron ir a manifestar pidiendo que vuelva el famoso boleto estudiantil. En esa marcha se hizo una tarea de inteligencia, consiguiendo identificar a muchos de estos jóvenes cuyas edades iban entre los 14 y los 17 años...fueron considerados "peligrosos".

Una noche como hoy, pero hace 30 años, 16 de Septiembre de 1976, policías y militares secuestraron a un grupo de ellos y los llevaron a un centro de detención donde sufrieron todo tipo de torturas y vejaciones.

Una vez vi un experimento de laboratorio: ponían a una ratita en una caja y la dejaban que elija entre 2 (dos) opciones. Si elegía una, le daban un premio, si elegía la otra, un castigo. Conforme avanzaba el proyecto, el roedor ya no elegía la opción del castigo. El resultado era que había "aprendido".

Al parecer, ese fue el objetivo de aquellos infames. Una especie de "ven los que les puede pasar si siguen reclamando por sus derechos?". Y creo que el hombre, con una inteligencia superior a una ratita de laboratorio, entendió el experimento y hoy está perdiendo de a poco la capacidad de rebelarse contra lo injusto.

Es una lástima y me causa dolor, pero es una realidad: ganaron.

Si a algunos de nosotros se nos está despertando algo dormido el día de hoy, hablemos con nuestros hijos mañana y devolvámosle la confianza perdida. Digámosle que tienen el derecho y obligación a pelear por lo que considerar justo y acompáñemoslos en su lucha cotidiana. Solos no van a poder. Nosotros tampoco.

Que la muerte de estos chicos sirve de algo...de ejemplo...pero de buen ejemplo. En su homenaje, después de 30 años, hagamos que no haya sido en vano.

Hay una película de Héctor Olivera que se basó en los relatos del único sobreviviente. Es desgarradora...nunca la pude terminar...pero es verdad. No dejemos que se nos olvide.

María, viendo en mi lápiz el símbolo de lo que nos hicieron...
P/D. Esto no pretende ser un ensayo de historia argentina, sólo que ver al obelisco vestido de lápiz me dejó pensando...

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