Lejos, lontano, faraway
Qué lindo ir al espacio Polonia a ver buen teatro. El lugar es precioso, lo dije varias veces, y la gente del lugar hace sentir al público como en su propia casa.
El palito azul a modo de entrada, el patio con la luna justo en el medio y la posibilidad de saludar y felicitar a otros talentosos que andaban por ahí...hasta que dan sala y somos testigos de una parte de la historia que transcurre en una pequeña aldea cerca del río Zambeze, donde Norita y Jennifer, cooperantes de O.P.A. (Organización Platense por Africa) de pronto ven un día la llegada de la trotamundos Lily Tropper y el ecosistema donde transitan sus días cambian para siempre.
Como todo buen cooperante que se precie de tal, Norita siente que hay un lugar para la recién llegada...Lily se pone la camiseta de O.P.A. y empieza con algunas tareas. De a poco se va integrando con los lugareños, les enseña el arte, participa de los eventos de eventos habituales hasta que una tarde, viendo a la cabra...eh...no...no puedo. No me gusta arruinar la sorpresa...se que van a ir...y no sería lo mismo si ya supieran qué se trae entre manos esa tarde.
Se que no precisan que cuente la historia, pero apreciarán que les diga que las 3 actrices que encarnan a las muchachas criollas en África, Laura Fontenla, Silvina Ganger, Clarisa Hernández están estupendas. Lo que me hicieron reír sin contar ni un solo chiste!!!
Me quedé con ganas de más...no porque faltara algo...sino porque me sentí dentro de la historia y quería que siguiera. Sentí a la obra como el relato de una aventura, como una peli, algo raro cuando la acción toda transcurre en una sala. Esa creo que es la magia de la historia, sumada al libro y a la calidad de actrices que nos hicieron testigos de un fragmento de sus vidas. Es tan lejana geográficamente y tan cercana a la vez.
Me gustó muchísimo!!! Seguramente voy a volver. Gracias por todo!!!!!!
María, el último shot es con gusano...a ver a quien le toca... ;)
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