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viernes, septiembre 21, 2007

Reivindicando la maldad 

Poco suele costarnos sentir simpatía por los buenos de las películas...pero hay que sostener una actitud a favor a Lex Luthor, Bill de Kill Bill, el Pingüino, el Hombre Lobo, doctor Maligno, el Satánico Dr. No o el Coyote.

Nos interiorizamos sobre la vida del bueno...del héroe, pero no nos ocupamos ni un poquito de los otros.

Hace unos 10 días, me tocó hacer la evaluación de una chica que pusieron a trabajar conmigo. En el momento de la asignación le dijeron que debía aprender todo lo que yo hacía, debía ser mi backup.

El primer mes no conseguí siquiera que empezara. El segundo me senté en el escritorio de al lado.

Podría describir las actividades de todos sus días de la misma manera: llegar, limpiar el escritorio lentamente, ir al baño, buscar agua para el mate, preparar el mate, tomar mates, leer los correos recibidos, contestarlos, y cuando terminaba TODO eso, empezar con algo de la tarea que yo le asignaba.

Solía mirarme con cara de loca mala cuando le preguntaba como le estaba yendo mientras escribía e-mails o chateaba. Trabajaba más o menos 1 hora y media y se iba al gimnasio. Se tomaba bastante más del tiempo asignado al almuerzo. Volvía y comía en el escritorio. Después nuevamente limpiar el escritorio, leer los e-mails, contestarlos, hablar por teléfono y...con suerte...volver a trabajar en algo de lo asignado. Trabajamos hasta las 18.00...hubo días que desde las 15.15 no hizo nada más.

Casi a diario le recordaba que tenía que capacitarse, que practicara, que preguntara si algo no entendía, que leyera el material que le daba, etc, etc, etc.

Llegó la jornada previa a dar mi informe y la invité a charlar en privado. Le pregunté si tenía algún problema personal o algún tema en particular conmigo o desagrado por la tarea. Me contestó que no le interesa la profesión...que ella prefiere otra cosa. Me dio la razón en que no ahondaba los temas que le daba y que no demostraba interés.

3 días después, un rato antes del mediodía, di mi informe. Poco antes de la merienda le informaron que la desafectaban del proyecto porque no había cumplido los objetivos. Cuando llegó de la charla le pregunté si quería hablar...me dijo que no.

Al día siguiente me pidió juntarnos para que le aclare lo "tan malo" que hizo que le valió una evaluación negativa.

Le pedí que no me obligara a dar mayores detalles porque podía lastimarla. Hablé de manera general de su tarea de los últimos meses y le expliqué mi punto. Insistió y tuve que entrar en detalles. Confieso que me dio más vergüenza a mi que a ella decir "no se qué hacías...pero trabajar no" o "no demostraste ni una sola vez que tuvieras interés en aprender o en trabajar". No conforme, pedía más ejemplos. Continué diciendo que nunca vi en ella deseo de superarse. Levantó el hombro haciendo el mismo gesto que hace mi Tutu cuando le dicen que si se lleva una materia estará castigada y me dijo "y qué si no quiero superarme?". Y en ese momento supe que tenía razón...lo que yo pensaba eran conductas universales, pueden ser indeseables para otros.

Para terminar el tema, hice formal mi evaluación, punto por punto y cerré el tema.

Obviamente, esta es una cara de la moneda. Al decir de la muchacha, la despedían porque yo había dicho injusticias.

Imagínense, si pueden, la actitud del resto del equipo hacia mi. Mentiría si dijera que no me importa...pero no se puede obtener todo en la vida...me di cuenta que no puedo pagar todos los costos.

Lo bueno de todo esto fue que el resto de los compañeros nunca habían interactuado con ella, pero haciendo causa común, le organizaron un almuerzo de despedida al que no fuimos invitados "los malos".

Éste tipo de temas se esparcen como un virus...me conoce gente que ni sabía en qué proyecto trabajaba.

Sin pretenderlo, me he pasado al bando de los malvados...no es un orgullo...pero se que me asiste la justicia.

María, la "mala" de la semana...jejeje