En general, creo, tomamos la palabra "guerra" con mucha liviandad. Cuando estudiaba historia, además de saber, más o menos, en qué lugar fue y aportar un motivo, era preciso decir "quien ganó". De hecho, era una pregunta que indefectiblemente iba a hacer el profesor en algún momento.
Con los años y las canas, he llegado a comprender, que en una guerra se puede matar o morir, pero nunca ganar o perder. La guerra como única alternativa ya explica que algo se ha perdido: las ganas de vivir.
Eso no lo sabía antes. Me enteré tarde.
Sólo fui contemporánea a una guerra que involucró a Argentina. Casualmente, estos días estamos recordando los 25 (veinticinco) años del inicio. Mañana es un feriado para recordar a los muertos. Más que recordar la muerte, creo que deberíamos evitarla. Desconozco la cantidad de actos que se celebrarán, los debe haber variados, pero estoy segura que ninguno devolverá una vida...ni la emparchará para los que volvieron dejando una parte en las islas.
Si por lo menos pudiera servir de ejemplo, al menos nada de eso sería en vano...pero lo veo complicado...todos, como seres humanos que somos, vamos a sentir ganas de gritar y vitorear cuando alguien desde un balcón lejano pretende animarnos con arengas con un triste "Si quieren venir que vengan les presentaremos batalla".
María, con cierta esperanza...nunca más...
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