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domingo, abril 01, 2007

Ni local, ni empate, ni visitante... 

En general, creo, tomamos la palabra "guerra" con mucha liviandad. Cuando estudiaba historia, además de saber, más o menos, en qué lugar fue y aportar un motivo, era preciso decir "quien ganó". De hecho, era una pregunta que indefectiblemente iba a hacer el profesor en algún momento.

Con los años y las canas, he llegado a comprender, que en una guerra se puede matar o morir, pero nunca ganar o perder. La guerra como única alternativa ya explica que algo se ha perdido: las ganas de vivir.

Eso no lo sabía antes. Me enteré tarde.

Sólo fui contemporánea a una guerra que involucró a Argentina. Casualmente, estos días estamos recordando los 25 (veinticinco) años del inicio. Mañana es un feriado para recordar a los muertos. Más que recordar la muerte, creo que deberíamos evitarla. Desconozco la cantidad de actos que se celebrarán, los debe haber variados, pero estoy segura que ninguno devolverá una vida...ni la emparchará para los que volvieron dejando una parte en las islas.

Si por lo menos pudiera servir de ejemplo, al menos nada de eso sería en vano...pero lo veo complicado...todos, como seres humanos que somos, vamos a sentir ganas de gritar y vitorear cuando alguien desde un balcón lejano pretende animarnos con arengas con un triste "Si quieren venir que vengan les presentaremos batalla".

María, con cierta esperanza...nunca más...


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Reina madre - Raúl Porchetto

Sonriendo, despidió a su madre,
iba al sur del Atlántico.
El reino le ordenaba,
es que unos salvajes osaron molestar
el orden imperial y pagarán.

Tanques, aviones, barcos y municiones.
Madre: estate tranquila,
el mundo así camina.
Son del sur de la tierra.
¿Qué nos podrán hacer?,
somos distintos, somos mejores.

Pero madre, ¿qué está pasando acá?
Son igual a mí
y aman este lugar, tan lejos de casa,
que ni el nombre recuerdo.
¿Por qué estoy luchando?
¿Por qué estoy matando?

Hoy la Reina pasea en los jardines
y el sol besa las rosas,
la vida le sonríe,
el parlamento cuida que todo siga igual,
que nada perturbe su calma.

Luego tendrá una premier de cine
de un director famoso,
que cuenta los flagelos
de la guerra y los hombres
y ella se emocionará,
y aplaudirá su gran final.

Pero madre, ¿qué está pasando acá?
Eran igual a mí
y aman este lugar, tan lejos de casa,
que ni el nombre recuerdo.
¿Por qué estuve luchando?
¿Por qué estuve matando?


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La isla de la buena memoria - Alejandro Lerner

Madre, me voy a la isla, no se contra quién pelear;
tal vez luche o me resista, o tal vez me muera allá.
Creo que hace mucho frío por allá;
hay más miedos como el mío en la ciudad.
Qué haré con el uniforme cuando empiece a pelear,
con el casco y con las botas, ni siquiera sé marchar.

No hay mal que no venga al Hombre, no hay un Dios a quien orar
no hay hermanos ni soldados, ya no hay jueces ni jurados,
sólo hay una guerra más.

Desde que llegué a la isla no tengo con quién hablar.
Somos miles los unidos por la misma soledad.
Creo que hace mucho frío por acá;
hay más miedos como el mío en la ciudad.
Ya se escuchan los disparos entre muerte y libertad,
cae mi cuerpo agujereado, ya no podré cantar más.

Hizo demasiado frío por acá;
hay más miedos como el mío en la ciudad.
No hay mal que no venga al Hombre, no hay un Dios a quien orar,
no hay hermanos ni soldados, ya no hay jueces ni jurados,
sólo hay una guerra más...
y cada vez hay menos paz.







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