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domingo, octubre 10, 2010

Escoria 

Solamente están los Domingos a las 17.00 en el teatro Regina. Es una obra rara...extraña...diferente.

Unos pasos antes de la entrada, un par de actrices de la obra ofrecen un vaso de jugo y dan la bienvenida. Todo el teatro está decorado con globos, guirnaldas y carteles de Feliz Cumpleaños. Mientras nos sentamos, en el escenario otro de los actores haciendo fonomímica con una canción de Sergio Denis. Si, si, fonomímica, como en la época del viejo canal 9.

Una vez que el público está acomodado, la música se detiene y cada uno se presenta. Todos están ahí para festejar el cumpleaños de un productor de apellido Escoria. Nadie sabe a ciencia cierta como es el nombre...puede ser Dino, Gino, Chino, Fino...lo que todos saben es que es PRODUCTOR y les puede ofrecer algo.

Hasta ahí la ficción. Después, cada uno toma la posta por unos minutos y cuenta su historia. La tana Alan, Héctor Fernández Rubio, Osvaldo Guidi, Julieta Magaña, Paola Papini, Marikena Riera, Willy Ruano, Gogó Rojo y Cristina Tejedor.

Magaña volvió con su archirecordada Batalla del movimiento, Héctor Ferández Rubio se volvió a poner el guardapolvo azul y saludó a sus blancas palomitas, Willy Ruano cantó una de sus canciones y contó anécdotas de la época, Marikena Riera bailó, Gogó Rojo se despojó de la parte de arriba de su atuendo y apareció bailando Corazón Partío y Cristina Tejedor recordó alguna escena de Amor Gitano.

Todos personajes que tuvieron mucho éxito en su momento...y luego no los han vuelto a llamar. Nadie es eterno, eso se sabe, y todos los días aparecen caras nuevas...imposible que todos sigan en un medio que tiene el mismo tamaño. Eso se entiende desde la matemática y la lógica, pero no desde el punto de vista del arte, que no debería entender de renovaciones y demás.

Afortunadamente Muscari les da un lugar cada Domingo. Un lugar desde el que cuentan que la vida sigue aunque no estén en la tele...mejor dicho...que la vida no es la tele.

Un final conmovedor que tiene a Noemí Alan como justa protagonista junto a su perrito.

Creo que hay que ir. Hay que ir para recordar el olvido. Hay que ir para recordar lo que seguramente volveremos a olvidar. Hay que ir para acompañar. Hay que ir para aplaudir. Hay que ir para reír. Hay que ir para emocionarse. Hay que ir.

María, celebrando...