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martes, diciembre 16, 2008

Apariencias 

No, no vamos a hablar de la exitosísima película argentina protagonizada por los exitosísimos Adrián Suar y Andrea del Boca...no se ilusionen...

Hace un rato necesité tomarme un taxi. Me da culpa ser de las que dejan pasar los coches con esa mirada como eligiendo. Entiendo desde las entrañas la letra que dice 'no venga a tasarme el rancho con ojos de forastero'...y así me siento cuando caprichosamente levanto o no la mano frente a un auto de alquiler. Pero bueh...los 30º de sensación térmica me habilitaban cierta selección.

La fila parecía una formación de tren. El conductor del primero miraba como esperando que sea carnaval y alguien tuviera ganas de mojarlo de un bombazo. Se que no le hubiese importado...con tal de refrescarse todo estaba permitido.

El segundo pedía a gritos un abanico aunque fuera el de Locomía.

El tercero era el mío: recién lavado, ventanas cerradas, conductor relajado.

Extendí la mano y el coche se detuvo a mis pies. Abrí la puerta, saludé y entré...todo junto...sin tiempo de espera entre una acción y la otra. En cuanto me senté me di cuenta que las apariencias suelen engañar. Tener los vidrios levantados no siempre significa que tiene el acondicionador de aire funcionando...tranquilamente, como en este caso, podría significar que el conductor desplegó una estrategia para cazar personas zonzas como yo. El tipo usaba sandalias tipo ojotas y se había cortado los jeans arriba de la rodilla. Más que olor a segundo tiempo diría que era a final de esos partidos que se juegan con alargue, siguen empatados y van por el gol de oro que nunca llega. En definitiva...un exitoso. Evidentemente lo importante no es serlo sino parecerlo...y, a la distancia, ese vehículo parecía otra cosa.

No me iba a bajar...no creí que el de atrás mejorara lo presente. Bajé completamente la ventanilla y miré al cielo implorando un chubasco. Mi actitud ayudó al chofer y se animó a abrir la suya y dejar de fingir que era un cómodo chofer de auto refrigerado. Ya en la esquina, y para romper el hielo, me mandó un 'Qué calor, no? Está pesado. Es el sol que pega mucho'. Tremendo actor y yo que no me di cuenta a tiempo.

María, confirmando que no todo lo que reluce es oro y de noche todos los gatos son pardos...