Pasiones...
Pocas veces hemos abordado en este espacio el tema del fanatismo deportivo. Es uno de los tantos temas que desconozco. Pero hay un tema recurrente entre la mayoría de mis amigos...y mi sobrina...Boca y todo lo que eso implica. Quien alguna vez se haya puesto la azul y oro pasa a pertenecer a una élite de "elegidos". Y de entre todos ellos, el más grande, sin dudas...el Diego.
Son como esos dogmas de fe de algunas iglesias...no se discuten.
Conozco uno que lleva tatuado esos colores debajo de la piel. Recuerda cada uno de los goles como si los hubiera hecho él. No le molesta reconocer que gastó sus ahorros en un viaje a Japón para ver a su equipo jugar no se qué copa. Su libro de cabecera es "100 años de Boca".
Ayer la vida le dió un hermoso regalo...y no me refiero a los 3 (tres) goles de Palermo. Recién lo vi "babearse" por una damita que lo está trayendo como loco. La mira y no se cansa de hacerlo...como aquel gol en el '86. Sin temor a equivocarme, creo que a partir de hoy, otra pasión ocupará su vida.
Le paso algo que le recuerda su pasión anterior...de la que no va a renegar...y le muestro una mala imagen (no tengo cámara...se la tomé con el teléfono...casi sin luz) de la que se va a ocupar el primer lugar.
No se cuanto tiempo pasará, pero una tarde de Domingo lo veremos con la pequeña Victoria en los hombros candando "olé olé olé oleeeeeé Diegó Diegó"...
Y la mamá, fiel a sus hormonas, me dijo "le ha nacido otra fanática a Furriel"...juajuajua...una fenómena...
María, volviendo de la clínica...no saben lo linda que es esa criatura...
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