En cualquier momento del año se puede sentir la alegría del carnaval...
Debería empezar por el principio...pero no puedo...me invade todavía este "carnaval" que me vino a sorprender unas vísperas antes de la Navidad. Creo que a partir de hoy, mi calendario va a caer en desuso.
Desde hace un par de semanas veníamos preparando, mi Tutu y yo, la noche de hoy. Sólo le dije que íbamos a comer algo y después a escuchar música. Confiada como siempre en los programas que organiza la tía, simplemente dijo "si".
Terminamos de comer cuando te vimos...totalmente transformada. Me costó creer que la misma persona a la que le decimos "no nos aparecen estos WorkFlows para aprobar" o "no podemos hacer avanzar el requerimiento en el clear quest" (comentarios internos que no deberían ser entendidos) fuera la misma que se acercó a saludar. Te ví sonreír pese a la jaqueca...y eso me pareció increíblemente bueno.
A la hora señalada bajamos al salón. Se sentía una vibración en el ambiente...como si todos estuviéramos latiendo al mismo ritmo. Se me olvidó que me había levantado super temprano, que había andado todo el día, que brindamos varias veces, que caminamos haciendo compras, que ya había pasado la medianoche. Parecía que un día diferente se estrenaba en ese momento.
Y desde ahí nunca nada fue lo mismo...mi mente me trasladó a un lugar de placer atemporal. ¿Decís que no es carnaval? ¿Y a quién le importa? Teníamos todas las ganas...daba igual que sea un bar del centro con un puñado de talentosos músicos y no un escenario en la Banda Oriental.
Invitada la "primera dama" al escenario. 12 (doce) minutos en que no voló una mosca salvo cuando todos aplaudimos a rabiar. 3 (tres) temas que hablaban de cosas entrañables, como si se tratara de un homenaje a nuestros afectos básicos, sin apelar a mucho más que a la claridad.
Me despojé de algunas vergüenzas hace mucho. Ya no me importa que lo sepas: me hiciste llorar. Un llanto raro. Contenido, pero adivinado por Ro que, sin mediar explicación, se dió vuelta y me dió un beso. Sabía que lo necesitaba. Y se quedó pegadita...como queriendo compartir todo eso que a ella también le estaba pasando. Me miró, se sonrió, y al oído dijo "me gusta como canta...a vos?". Asentí aunque no era necesario. Si deleite es el placer del alma...fue un gran deleite. GRACIAS!!!!
Y después se desató ya sin retorno EL carnaval. No paramos un minuto. Se sucedían los invitados, los climas cambiaban, pero todos nos llevaron al disfrute.
Pocas veces recuerdo que hemos confluído en los gustos musicales con mi Tutu. El afecto nos transforma en excelentes compañeras: la acompaño en sus gustos y ella en los míos...pero esta vez las 2 (dos) disfrutamos por igual. GRACIAS!!!!
Y así hasta las 2.30...después de una despedida a todo trapo, con percusionistas que aparecieron de la nada.
Si bien sabíamos que en algún momento iba a terminar y debíamos ir a dormir, queríamos un poquito más. Y acá estoy, a las 4.20 intentando que ésto no se acabe.
No fue el primer recital al que fuimos...supongo que no será el último...pero creeme que será único...y en gran parte te lo debo. GRACIAS!!!!
Tenemos que descansar un poco para poder mañana terminar la lista de pedidos a Papá Noel. Nos portamos bien, estamos seguras de recibir lo que pedimos. (Nosotras sí nos animamos a escribir la carta, eh?)
No se cuantos eran argentinos ni cuantos uruguayos...nunca importó...podríamos aplicar eso a otros frentes?
Perdí la cuenta de las veces que te dije gracias...pero seguramente fueron menos que las que realmente merecías...gracias...gracias...gracias!!!!
María, gratamente sorprendida...
P/D: Donde conseguimos discos?
P/D2: Esperamos que el peque se sienta mejor...un fenómeno!!!!
Cuando en las noches largas
una esperanza miente
cuando la angustia es fuerte
sufres, te mueres
Cuando a la puerta triste
llama la tarde fría
quiere tu noche tibia
sufres, te mueres
Y hoy te vi
mirando rosas hoy te vi
tú nunca dices qué hay en ti
y hoy te vi
Cuando caminas lento
bajo la lluvia fría
cuando las nubes pisas
sufres, te mueres
Cuando se acabe el sueño
que te humedece el día
cuando tu cuarto miras
sufres, te mueres.
Etiquetas: Alejandro Balbis, Bar Tuñón, Eduardo Mateo
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