De los muchos hábitos que tengo, casi con seguridad podría decir que el que no debería abandonar NUNCA es el de la caminata diaria por Avenida Santa Fé. No lo digo por la actividad aeróbica, sino por todo lo que me provoca intelectualmente.
Desde Rojas hasta prácticamente la avenida 9 de Julio, usé los sentidos que tengo (no sé cuantos son...tengo un mal día) en tratar de detectar "algo" que me indique que hoy es Martes y no Lunes como me parece desde la mañana. La plaza San Martín sin corazones...es Lunes. El bar de la esquina de Suipacha que ofrece Te Cena...es Lunes.
La degustación de quesos en Esmeralda...es Lunes. Los turistas tomando cerveza en Carlos Pellegrini...es Lunes. El indicador de la alta temperatura auspiciado por el Banco Itaú...es Lunes. Pollo Trak y su oferta de sandwiches...es Lunes. Hasta acá era Lunes. Al cruzar Uruguay todo cambió. Un perro policía casi se mastica a otro más pequeño...susto...no sé qué hice pero se apagó el reproductor de música. Aminoré la marcha sólo para que mi corazón volviera a las 90 (noventa) pulsaciones por minuto a las que me tiene acostumbrada, cuando de pronto vi un rostro vagamente conocido: María Kodama asustada por la "cuasi manducación" del perro grande al perro pequeño. (San Roque, San Roque, que este perro no me toque). La pude mirar sólo por escasos 4 (cuatro) segundos...pero me hizo pensar durante las siguientes 10 (diez) cuadras. O todos los transeúntes son grandes simuladores o nadie la conocía: no ví a nadie volviendo la cabeza para mirarla mejor.
Vi a la persona que transcribía las ideas que Borges le balbuceaba. Aunque involuntariamente, supongo, en algún momento se trató de escritura colectiva. Quizás algún aporte hizo, no? Habrá sido el calor o el susto lo que me hizo pensar eso? Por otro lado, siendo Borges ciego, cómo comprobaba que lo escrito era lo que el había dictado? Ya no me acuerdo como empecé a escribir ésto...cómo se acuerda un autor de lo que se le ocurrió antes? Qué raro todo. Seguí cavilando en ese sentido por unas cuadras más...caminando por las mismas baldosas que pisó la señora Kodama...menudo honor el mío...cuando...de la nada...vi aparecer al marido de Adriana Aguirre rodeado de unas cuantas señoras que le pedían autógrafos, poses para las fotos y, de paso, que imitara a Sandro. Insistieron, afortunadamente para mi, sin éxito. No me quedé más que el tiempo que me llevó esquivarlas. Volví a escuchar música y me olvidé de todo hasta llegar a casa.
Después de que Adolfo Bioy Casares editara "Borges"...quedará algún secreto sin develar? En principio uno que mi timidez no permitió descubrir: lo de la señora Kodama es peluca sobre peluca, pelo sobre pelo o peluca sobre pelo? Ojo, mi interrogante nace desde el respeto, pero la curiosidad me puede.
María, con muchos interrogantes...
P/D. Te prometí volver...me cuesta...dame un tiempo más...puede resultar o no.
P/D2. Algo que me olvidé de decirte: no te voy a pedir nada...no quiero nada...ya
recibí mucho...ahora sólo me toca dar...si? El amuleto puede
ayudar...pero...de vos depende... ;)
Le pedís a Papá Noel el libro de Bioy Casares? Capaz te lo trae...
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home