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martes, mayo 18, 2010

De templos y valles (Parte II) 

Así como en las primeras dinastías se construían las pirámides como monumento mortuorio, el paso del tiempo trajo una novedad: tumbas en la montaña. Gráficamente sería elegir una montaña de roca, ahuecarla y prepararla como cámara mortuoria.

A diferencia de las pirámides, desde afuera lucen como simples montañas y el verdadero objetivo está por dentro. La idea era que su localización fuera secreta. La gente que trabajaba en su construcción era aislada junto a su familia para evitar el riesgo de que divulgaran la localización de las mismas.

No se pueden tomar fotos...y tampoco entré en las más profundas...la claustrofobia me dejó sólo en las amplias y en las que mirando para atrás se pudiera ver la salida. Muy bonita la de Ramsés IX. Hace relativamente poco se encontró la de Tutankamón...pero no daba para entrar...todos los tesoros están en el museo del Cairo.

Pese a la cantidad de tesoros encontrados, en ese momento sentí que lo más valioso es la escasa sombra. Todos amontonados en el pequeño lugar donde el sol no pega de lleno.

María, empezando a tener color a Egipto...